La disfunción eréctil súbita puede atribuirse a menudo a factores psicológicos. Estos pueden incluir ansiedad, depresión, estrés crónico, ansiedad de rendimiento y baja autoestima. Los problemas de salud mental, como el estrés y los problemas de pareja, pueden interferir en las sensaciones sexuales y provocar disfunción eréctil.
Ciertos medicamentos, incluidos los recetados para la hipertensión, las cardiopatías y la depresión, pueden causar una disfunción eréctil repentina. Estos fármacos pueden interferir en la función sexual, contribuyendo al desarrollo de la disfunción eréctil.
Diversos trastornos médicos subyacentes también pueden causar disfunción eréctil súbita. Estas afecciones incluyen trastornos de los sistemas nervioso y circulatorio, diabetes de tipo 2, cardiopatías, esclerosis múltiple, enfermedad de Peyronie, problemas vasculares, enfermedades metabólicas y trastornos endocrinos.
Las lesiones en el pene, la próstata o la vejiga pueden provocar disfunción eréctil. Estas lesiones pueden deberse a accidentes, intervenciones quirúrgicas u otras intervenciones médicas y pueden causar problemas temporales o a largo plazo con la función sexual.
Para prevenir o mejorar la disfunción eréctil, pueden adoptarse ciertos cambios saludables en el estilo de vida. Entre ellos se incluyen perder peso si hay sobrepeso, dejar de fumar, seguir una dieta sana, hacer ejercicio a diario y reducir el estrés y la ansiedad. Al abordar estos factores, las personas pueden minimizar el riesgo o el impacto de la disfunción eréctil.
Existen varias opciones de tratamiento para la disfunción eréctil súbita.
Medicamentos como el sildenafilo (Viagra genérico),